Entonces, dijiste: ¡chao!
Te acercaste de frente, sin duda alguna,
Apenas tuve tiempo para comprender lo que pasaba,
Cuando de ipso facto sentí tu armonioso espíritu junto al
mío,
Tus suaves y tiernos labios saboreando sin prejuicio
alguno los míos,
¡Que deleite!, ¡que placer!,
Sentir ese armonioso espíritu compaginarse con el mío,
Perdí los brazos,
Mi cuerpo quedó perplejo ante aquel impulso de euforia,
magia y alegría.
Sentí temor…
¡Qué extraño! no sabía ¿por qué?
Recordé cerrar los ojos,
No sin antes comprender:
Que si te miras al espejo él también te vé.
Por eso hoy vengo a confesarme,
Sentí un beso verdadero,
El que tanto había anhelado,
Lleno de sinceridad y calidez.
Jhuanferd
No hay comentarios:
Publicar un comentario